En el primer capítulo de su libro "El cerebro se cambia a sí mismo", Norman Doidge, nos presenta el caso de una mujer que no podía mantenerse de pie debido a que tenía totalmente dañada la función vestibular por la toma excesiva del antibiótico gentamicina, que le prescribieron para una infección postoperatoria.
El doctor Bach-y-Rita diseñó un casco con un acelerómetro, un sensor que detecta el movimiento en dos planos, que transformaba esta información en impulsos eléctricos y los enviaba al cerebro de la paciente a través de una lengüeta con terminales colocada en su lengua.
De esta manera su cerebro re-aprendió a mantener el equilibrio.
Norman Doidge "El cerebro se cambia a sí mimo" Ed. Aguilar
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